Una escena de La flor de la jacaranda, versión ucraniana de Los árboles mueren de pie, de Alejandro Casona, que se representa en el Teatro Lesya Ukrainka de Kiev
La guerra de Ucrania va camino de su
segundo año sin que se vislumbren perspectivas de desenlace. Guerra de
movimientos, de trincheras y de ataques sorpresa en escenarios distantes. Decenas
de miles de muertos, sobre todo rusos, y pocos avances sobre el terreno. Guerra
de drones y bombardeos indiscriminados.
La invasión, y anexión de facto, de Nagorno Karabaj por las tropas azeríes en septiembre de 2023 pone abruptamente fin a un conflicto prolongado durante más de tres décadas.
Estatua de Kim Il-Sung, Corea del Norte (Foto: calflier001, CC BY-SA 2.0)
El 26 de julio se cumplieron 70 años del armisticio de la guerra de Corea que consagró la división del país tras tres años de conflicto. En los medios occidentales este aniversario no ha despertado demasiado interés.
Al cumplirse el primer aniversario de la guerra de Ucrania, el filósofo Jürgen Habermas publicó en el Süddeustche Zeitung que ha llegado el momento, y es urgente, de que rusos y ucranianos entablen negociaciones de paz. Se expresaba en estos términos: “Se trata de negociar en el buen momento, a fin de impedir que la guerra se prolongue y cueste aún más vidas humanas y destrucciones”.
Trasn un bombardeo ruso en Borodyanka (Ucrania), el pasado abril (CC manhhai)
Michel Eltchaninoff, un filósofo francés de origen ruso, publicó hace años un recomendable libro, En la cabeza de Vladímir Putin, que no ha sido superado, pese a la profusión de obras sobre el presidente ruso.