Un cuarto primer ministro desde 2016, fecha de celebración del referéndum del Brexit, lleva a muchos analistas a relacionar ambas circunstancias y preguntarse si todos los males, principalmente económicos, de Gran Bretaña derivan de que su electorado dio la espalda, por una escasa diferencia de votos, a la UE.
Liz Truss, la nueva primera ministra británica, ha puesto en marcha, incluso antes de asumir el cargo, una campaña de imagen para que la opinión pública llegue a considerarla como otra Margaret Thatcher. No es la imagen que buscó, sin embargo, su predecesora, la también conservadora Theresa May.