Se cumplen 75 años del estreno de El tercer hombre,
la película que muchos críticos consideran como la más destacada del cine
británico. Tuvo bastantes galardones, y quizás el más acertado fuera el Oscar a
la mejor fotografía en blanco y negro, sin olvidarse del premio equivalente a
la Palma de Oro en el festival de Cannes. La fotografía reproduce un escenario
real: la Viena de la posguerra, dividida entonces en cuatro sectores militares
como Berlín. No es una película de “combate” de la guerra fría, como otras que
hizo Hollywood en aquella época. Por eso no ha envejecido, porque sabe retratar
pasiones y caracteres humanos que siguen existiendo en todos los tiempos.
Han transcurrido más de dos años desde el inicio de la guerra de Ucrania, y la impresión generalizada es que los rusos no tienen ninguna prisa en que finalice y ni siquiera por firmar un armisticio provisional. Por encima de las estaciones del año, parece estar el “general tiempo”, con el que Putin piensa que puede obtener su victoria definitiva. Superiores efectivos militares, cuantiosos recursos económicos y la aprobación de una mayoría de la población rusa, convencida de que está ante una guerra exigida por la historia o ante una “cruzada nacional-religiosa”, son las bazas de Moscú.
Las declaraciones del presidente Macron sobre la
posibilidad de enviar tropas francesas a Ucrania habrían sido impensables hace
un par de años. Ni siquiera se habría planteado en 2014, año de la anexión de
Crimea por los rusos, entre otras cosas, porque en aquel entonces Europa no
reaccionó a esa demostración de guerra híbrida, que Moscú abandonó, aunque
nunca del todo, con la invasión de Ucrania en febrero de 2022.
Acaba de publicarse en el Reino Unido una biografía de Ian Fleming, el creador de James Bond, en el 60.º aniversario de su muerte. El autor es el escritor Nicholas Shakespeare, que combina habitualmente la novela con la biografía, y el resultado es un voluminoso libro que recrea no solo la sociedad y la política de entreguerras sino también la de los inicios de la guerra fría.
La mente de Henry Kissinger ha estado activa hasta las últimas semanas antes de su muerte, que tuvo lugar el 29 de noviembre de 2023. Entonces se recordó el paso de Kissinger por la secretaría de Estado y salieron a relucir, sobre todo, las sombras de su gestión.