Una noticia reciente y escueta, aunque a la vez muy esclarecedora: los talibanes están dispuestos a reducir la violencia en Afganistán en los días previos a la firma de un acuerdo para la retirada progresiva de las tropas estadounidenses, en paralelo a un diálogo político entre las partes afganas en conflicto.
En algún momento de la campaña que llevó a Donald Trump a la Casa Blanca, el ahora presidente quiso presentarse ante los electores republicanos como un nuevo Ronald Reagan, si bien la familia de aquel mandatario rechazó rotundamente la comparación. Esta anécdota me ha hecho recordar, tras el asesinato del general Suleimán, los bombardeos ordenados por Reagan en Libia en 1986, a modo de respuesta a actos de terrorismo supuestamente perpetrados por el régimen de Gadafi.